viernes, 22 de febrero de 2013

Entrada número veinte: Cotilleos.


Cuando llego a casa de Trece abro directamente, sin llamar, me dio una llave. Todo está silencioso, me asomo a su cuarto, está como siempre, la cama sin hacer, la ropa tirada por el medio, la recojo y la dejo en un rincón, me acerco al baño que hay dentro de su cuarto.
“¿Trece?”
“¿Ebe, eres tú? Estoy en el estudio.”
Me dirijo hacia allí.
Ahora el cuarto está mucho más ordenado, casi que le obligué a hacerlo, parecía su madre.
“¿Qué haces?”
“Trabajo, ¿de algún modo me gano la vida no?”Levanta la vista, sonriéndome.
“¿Tienes dieciocho?” La verdad es que no sabía su edad.
“Diecinueve para ser exactos.”
“Ya te vale, y no me dices nada. La gente puede pensar que eres un pedófilo, solo tengo 17”
Reímos, es muy alegre, cuando lo vi matar al gordo no pensé que sería así.
“¿Qué tal el día, en tu querido instituto?”dice irónico.
“Muy aburrido, hoy Jane no estaba, ni Anthony, así que estuve sola con Alec” Trece está al corriente de todo.
“¿Te lo tiraste?”
“Claro que no.” Ríe, no me hace gracia.
“Además, Alec y Anthony son novios.”
“Lo sabía.”
“¿y por qué no me dijiste nada?” digo medio chillando.
“Pensaba que te lo imaginabas, yo incluso sin haberlos visto lo supe” Le miro con odio.
“¿Hablasteis de algo al menos?”
“Sí, me dijo que Anthony estaba en el hospital, por un accidente que tuvo de pequeño. Pero no me atreví a decirle, eso. Y ahora menos que sé que está con Anthony.”
“¿Pero sientes algo?”
“Algo, pero no sé el qué. Además me preguntó por Ian y fue como si me hubieran tirando una bomba a la cara”
“¿Le echas de menos?”
“Mucho”las lágrimas amenazan a mi ojos, quieren salir.
“Búscalo, haz algo. Si quieres te ayudo.”
“No, hoy tienes trabajo...”
“Tienes razón, pero si me ayudas, podemos hacer las dos cosas”
“Está bien, ¿de qué trabajas?”
“Asesino gente”

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