Varios meses después, lunes, hora del recreo.
Desde el día en el que Trece me dijo lo de su mejor amiga, ya nada es igual. Todo parece haber cambiado a mejor. Estamos muy unidos, con él puedo ser realmente yo, me está ayudando, hace de psicólogo y de interpretador de sueños. Es genial, yo en cambio le ayudo a adaptarse un poco a esta sociedad y a mantener su casa limpia, también dice que gracias a mí alguien sabe cómo es realmente y que puede confiar completamente en mí.
Hoy Jane no vino, está constipada, además es alérgica a la primavera. Ella ha notado que estoy mejor, y ahora está más alegre, me preguntó que si no me molestaba quedarme sola con Antholec, le dije que no, que creo que ya se me pasa esa extraña fijación por Alec, aunque es mentira. El día ha sido una mierda. Bajo desmotivada al sitio de siempre. Espero a que pase el tiempo, sin Jane todo es aburrido.
“Hola”-dice alguien débilmente. Es Alec. Mi respiración se acelera. Soy idiota. Me giro hacia él.
“Hola”-intento dibujar una sonrisa en mi rostro. “¿No está Anthony?” Niega con la cabeza. “Pues hoy estamos solos...”
Se sienta en el sitio de Jane, más cerca de mí, abre la mochila y saca dos sándwiches A uno de ellos le retira la piel de aluminio sin compasión, haciendo gritar al pobre bocadillo silenciosamente, luego lo destripa, para ver de qué está relleno, lo vuelve a cerrar y le arranca un miembro con los dientes. Es caníbal de bocadillos, debería ser juzgado por los bocajueces. Me río de mi propio chiste, pero mentalmente.
Alec me mira, las ojeras sobre sus ojos son más visibles hoy. Parece enfermo. Me sonríe tímidamente.
“¿Quieres?”dice señalando el otro bocadillo, dispuesto a morir de la misma forma que su compañero. “Era para Anthony, pero no vino.”
“¿Por qué compartís almuerzo?
“No como mucho. Tómatelo.” Vuelvo a negar. “Por favor, no quiero tirarlo.” Le miro, sus ojos son totalmente negros, como su pelo. Su nariz es redonda y sus labios finos. No puedo negarle algo a alguien como él.
“Está bien”-Me lo da mientras sonríe, enseñando todos los dientes. Es genial.
Cuando acabamos estoy de mejor humor, el bocadillo estaba genial y ambos estamos sonrientes, como si acabáramos de tener sexo. Se me revuelven las tripas solo de pensarlo. Es raro que me atraiga pero que no pueda pensar en tener sexo con él.
“Y...esto....hoy te veo diferente, nunca antes habíamos hablado”-dice de una forma muy graciosa.
“Sí...la soledad hace amistades”-suena el timbre, nos levantamos inmediatamente. “Nos vemos a la salida” Asiente y se despide con la mano mientras va hacia el lado contrario que yo.
Tres horas después.
Llego a la salida del instituto, Alec me espera en la puerta, me quedo a su lado.
“No coges el bus”
“No, voy a casa de un amigo”-he quedado con Trece.
“Tal vez suene raro de decir, pero, ¿puedes acompañarme hasta el parque del centro? Anthony acaba de salir del hospital y me dijo que quedara allí con él”
“Claro, me pilla de paso."-comenzamos a andar hasta el centro de la ciudad, yo vivo en las afueras, el instituto está en un termino medio, pero más cerca del centro. “Dices que Anthony está en el hospital, ¿sabes si está bien?”
“Sí, sí, solo fue a por una revisión, yo la tengo esta tarde”
“¿Revisión?”
“Sí, tal vez suene raro de decir, no sé. Tuve anemia hace mucho, de pequeño, pero una anemia muy fuerte, estuve varios meses en el hospital, no mejoraba. Allí conocí a Anthony, él estaba por un accidente de tráfico. Ingresamos en el hospital el mismo día. Nos hicimos amigos, muy amigos, es genial que alguien me entienda tan bien. Sus padres muriendo en el hospital por culpa del accidente, él sobrevivió por suerte. Se vino a vivir con nosotros, estamos muy unidos, la verdad es que no sabría qué hacer sin él... Lo siento, te ha dado una charla sin venir a cuento.”
“Oh, no pasa nada. Debe de ser bonito tener una amistad así. Jane y yo también estamos muy unidas” Creo que eso fue innecesario de decir.
“Bueno, no sé, es que lo nuestro es especial”-dice muy tímido.
¿Especial? Decido dejarlo.
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