Me despierto, la luz me da justo en la
cara. Me tapo los ojos con el brazo derecho. Veo negro. No es que vea
nada, tengo los ojos tapados y tengo la sensación de que veo negro,
pero...en el fondo de ese negro se ven figuras blancas, me concentro
en ellas, se mueven, intento imaginar un simple círculo blanco, no
lo visualizo, simplemente lo imagino detrás de mi cerebro. ¿Será
ahí donde reside la imaginación? Me aburro del tonto juego, me
destapo los ojos y los abro, veo manchas, van desapareciendo mientras
parpadeo.
El piso a la luz del sol mañanero está
más sucio, da incluso algo de repugnancia. Hay sangre y otras
manchas en la moqueta azul y en el techo, la luz fluorescente está
manchada por los pobres bichos que cayeron en la malvada trampa
luminosa. Me levanto, tengo ganas de ir al aseo.
Hay tres puertas en el pasillo, y una
sin puerta, solo el marco, esa es la cocina, la de enfrente es un
estudio lleno de libros y cajas, la de al lado es la habitación de
Trece, está abierta y puedo verle durmiendo, la del final del
pasillo tiene que ser el aseo. Entro, no está tan sucio como me
lo esperaba.
Cuando salgo del baño, huelo a comida,
entro a la cocina, tiene una mesa de plástico con dos sillas, hay
una barra que da al salón, las encimeras, la hornilla, el fregadero,
el frigorífico etc. son de mala calidad.
“Te lo montas guay, ¿eh?”digo
fingiendo la jerga callejera.
“¿El qué?”dice mirándome.
“Tú casa, es muy exquisita para este
lugar de la ciudad, te tiene que haber costado mucho money”ahora imito a un rico.
“Para, o me entrarán ganas de
matarte”¿cómo al gordo? No, yo prefiero morir de otra forma.
“Okay, okay, lo siento. ¿Qué
haces?”
“Tostadas, en la sartén y café. ¿Te
apetece?”
“¿Dijiste café? Creo que te
amo.”reímos.
“Coge unas tazas y unos platillos del
fregadero o del armario de arriba y siéntate en la mesa”
En el armario de arriba, el platero, no
hay nada de lo que busco y en el fregadero está todo sucio.
“Lo hiciste a posta”digo mientras
friego con agua fría un par de platos, vasos y cubiertos.
Ríe a carcajada limpia. Parece un
chico normal, nada comparado con lo que vi ayer. ¿Daré yo esa
impresión a partir de ahora?
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