viernes, 8 de febrero de 2013

Entrada número dieciseis: Tostadas y café.



Me despierto, la luz me da justo en la cara. Me tapo los ojos con el brazo derecho. Veo negro. No es que vea nada, tengo los ojos tapados y tengo la sensación de que veo negro, pero...en el fondo de ese negro se ven figuras blancas, me concentro en ellas, se mueven, intento imaginar un simple círculo blanco, no lo visualizo, simplemente lo imagino detrás de mi cerebro. ¿Será ahí donde reside la imaginación? Me aburro del tonto juego, me destapo los ojos y los abro, veo manchas, van desapareciendo mientras parpadeo.
El piso a la luz del sol mañanero está más sucio, da incluso algo de repugnancia. Hay sangre y otras manchas en la moqueta azul y en el techo, la luz fluorescente está manchada por los pobres bichos que cayeron en la malvada trampa luminosa. Me levanto, tengo ganas de ir al aseo.
Hay tres puertas en el pasillo, y una sin puerta, solo el marco, esa es la cocina, la de enfrente es un estudio lleno de libros y cajas, la de al lado es la habitación de Trece, está abierta y puedo verle durmiendo, la del final del pasillo tiene que ser el aseo. Entro, no está tan sucio como me lo esperaba.
Cuando salgo del baño, huelo a comida, entro a la cocina, tiene una mesa de plástico con dos sillas, hay una barra que da al salón, las encimeras, la hornilla, el fregadero, el frigorífico etc. son de mala calidad.
“Te lo montas guay, ¿eh?”digo fingiendo la jerga callejera.
“¿El qué?”dice mirándome.
“Tú casa, es muy exquisita para este lugar de la ciudad, te tiene que haber costado mucho money”ahora imito a un rico.
“Para, o me entrarán ganas de matarte”¿cómo al gordo? No, yo prefiero morir de otra forma.
“Okay, okay, lo siento. ¿Qué haces?”
“Tostadas, en la sartén y café. ¿Te apetece?”
“¿Dijiste café? Creo que te amo.”reímos.
“Coge unas tazas y unos platillos del fregadero o del armario de arriba y siéntate en la mesa”
En el armario de arriba, el platero, no hay nada de lo que busco y en el fregadero está todo sucio.
“Lo hiciste a posta”digo mientras friego con agua fría un par de platos, vasos y cubiertos.
Ríe a carcajada limpia. Parece un chico normal, nada comparado con lo que vi ayer. ¿Daré yo esa impresión a partir de ahora?

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