Mismo
miércoles, once y dieciséis de la mañana.
La primera
parte de la mañana transcurrió con normalidad, menos en una cosa. Todas las
personas de mi clase me miraban y susurraban. Al ser un instituto tan pequeño y
alejado del centro, los rumores corrían como la pólvora. Y una pelea como la de
ayer no es algo que se ve todos los días.
Antes del
salir al patio el Sr. Smith me fue a buscar a clase.
“Phoebe, la
directora Ludbrook quiere hablar contigo, sobre la pelea de ayer.”
Asiento y
sin decirle nada me dirijo a la oficina de la directora.
Llamo tres
veces a la puerta dónde hay un cartel que dice Director Natasha Ludbrook.
“Entra.”
Entro por
primera vez al despacho de la que supuestamente es la persona que se encarga de
nosotros en esta mierda de lugar. Es una habitación pequeña, alumbrada con luz
artificial, muchas estanterías medio llenas y muchos títulos colgados en la
pared. Me quedo de pie frente al escritorio lleno de papeles, delante de
Natasha hay seis carpetas de color marrón. Levanto la vista y le veo por
primera vez la cara a mi directora. Casi me dan ganas de reír.
Su pelo rubio teñido,
recogido en una coleta, deja a la vista una cara amorfa, sus cejas son
uniformes, y sus ojos marrones, están apagados tras unas gafas antiguas. Parece
tener unos cuarenta y muchos años. Sus labios rojos la hacen parecer una
furcia, agrandándolo con el gran escote que lleva. Así va la enseñanza en este
lugar.
“Siéntese
señorita Valentine.” Hago una mueca, odio que me llamen por mi apellido. Me
siento y me obligo a apartar la mirada, delante de mí está su gran y arrugado
escote.
“Phoebe, por
favor, directora Ludbrook.”
Asiente y
aparta las carpetas dejando solo una. La abre y aparece mi cara en una esquina.
Es un expediente.
“Phoebe
Delia Valentine.” El corazón me da un vuelco al escuchar mi nombre completo.
Pensaba que sólo lo sabían mis familiares. Nadie más sabe de él, excepto Ian “...en
Abril del 97, nombre del padre, blah, blah, madre, blah, blah, nacioa…, blah,
blah, hermanos, blah, blah ad… ¿Qué más da toda esta información? Sólo quería
preguntarle sobre la señorita Sander y los señoritos Nicholls y Franz.”
Jane y…
¿Anthony y Alec? No sabía sus apellidos y menos que los tuvieran distintos.
“Está bien,
pregunte.”
“¿Qué
relación tiene con ellos?”
“Son mis
amigos…”
“¿Conoce a
los chicos que agredieron a la señorita Sander y al señorito Nicholls?”
“No.”
“¿Sus amigos
consumen?”
¿Consumir…drogas?
No, pero tal vez usted sí.
“No, claro
que no.”
“¿Y usted,
señorita Valentine?” Se baja las gafas para mirarme por encima de ellas. Esto
cada vez es más absurdo.
“Tampoco. Pero
los que agredieron a Jane y Alec sí las toman, e incluso…” La directora me
miraba atenta, a lo mejor, si digo algo del tráfico de drogas puede pensar en algo
que no es y me culparía.
“Pues esos
chicos, Phoebe, fueron tumbados por
el otro chico alto y rubio, ¿cómo era…?” busca entre las carpetas marrones,
pero me adelanto a ella.
“Anthony.”
“Sí,
Anthony Franz, pues ese chico casi le parte el brazo a Max, y le destrozó la cara a
Jona, él solo, y yo no me lo creo.”
¿Qué
insinúa?
“¿Está
diciendo que yo tuve que ver algo en todo esto? Anthony y yo sólo nos metimos en la pelea
para pararla, yo ayudé a Jane, pero cuando volví para buscar a Alec y Anthony,
intenté apartar al que pegaba a Alec. Joder, yo sólo fui a socorrer a mis
amigos.” Aunque en aquel momento no me hubiera molestado matar a los otros dos
gilipollas.
Natasha
Ludbrook me miró fijamente a través de sus gafas.
“¿Tal vez,
señorita Valentine, quieres saber lo que es una expulsión por faltar el respeto
a sus superiores? ¿No?, pues absténgase de esos comentarios.”
Se levanta y
sale del despacho dejándome sola. Al poco vuelve con unos papeles, en los que
me hace escribir todo lo que había pasado, como si fuera un juicio o algo así. En este tiempo toca el timbre de
regreso del recreo, he estado casi tres cuartos de hora allí dentro.
Con todo
escrito, firmado y revisado me deja salir.
“Suerte has
tenido, porque es final de curso, y no queremos poner otra expulsión en estas
fechas. Pero lleve cuidado, porque no permitiremos más estos comportamientos.
Ahora ve a clase.”
Clase, otras
tres horas seguidas de tortura pasiva.
“¿Puedo ir
antes al baño? Es que llevamos todo el recreo aquí y…”
Natasha
sonríe y me da permiso y con un gracias
falso en la boca me dirijo al baño. La charla ha aumentado mi cabreo, la
directora me cabreaba.
Te has lucido con los nombres. El único que me cuadra es el de Jane: "Jane Sander".
ResponderEliminarPor cierto, "Franz" no me gusta nada, pero es tu historia. Revísate un poco esto, y corrige.
PD: El nombre de la directora mola, y el del Sr. Smith también :3