sábado, 12 de abril de 2014

Entrada número treinta y cinco: Información.

Mismo miércoles, once y dieciséis de la mañana.

La primera parte de la mañana transcurrió con normalidad, menos en una cosa. Todas las personas de mi clase me miraban y susurraban. Al ser un instituto tan pequeño y alejado del centro, los rumores corrían como la pólvora. Y una pelea como la de ayer no es algo que se ve todos los días.

Antes del salir al patio el Sr. Smith me fue a buscar a clase.

“Phoebe, la directora Ludbrook quiere hablar contigo, sobre la pelea de ayer.”

Asiento y sin decirle nada me dirijo a la oficina de la directora.
Llamo tres veces a la puerta dónde hay un cartel que dice Director Natasha Ludbrook.

“Entra.”

Entro por primera vez al despacho de la que supuestamente es la persona que se encarga de nosotros en esta mierda de lugar. Es una habitación pequeña, alumbrada con luz artificial, muchas estanterías medio llenas y muchos títulos colgados en la pared. Me quedo de pie frente al escritorio lleno de papeles, delante de Natasha hay seis carpetas de color marrón. Levanto la vista y le veo por primera vez la cara a mi directora. Casi me dan ganas de reír.
Su pelo rubio teñido, recogido en una coleta, deja a la vista una cara amorfa, sus cejas son uniformes, y sus ojos marrones, están apagados tras unas gafas antiguas. Parece tener unos cuarenta y muchos años. Sus labios rojos la hacen parecer una furcia, agrandándolo con el gran escote que lleva. Así va la enseñanza en este lugar.

“Siéntese señorita Valentine.” Hago una mueca, odio que me llamen por mi apellido. Me siento y me obligo a apartar la mirada, delante de mí está su gran y arrugado escote.

“Phoebe, por favor, directora Ludbrook.”

Asiente y aparta las carpetas dejando solo una. La abre y aparece mi cara en una esquina. Es un expediente.

“Phoebe Delia Valentine.” El corazón me da un vuelco al escuchar mi nombre completo. Pensaba que sólo lo sabían mis familiares. Nadie más sabe de él, excepto Ian “...en Abril del 97, nombre del padre, blah, blah, madre, blah, blah, nacioa…, blah, blah, hermanos, blah, blah ad… ¿Qué más da toda esta información? Sólo quería preguntarle sobre la señorita Sander y los señoritos Nicholls y Franz.”

Jane y… ¿Anthony y Alec? No sabía sus apellidos y menos que los tuvieran distintos.

“Está bien, pregunte.”

“¿Qué relación tiene con ellos?”

“Son mis amigos…”

“¿Conoce a los chicos que agredieron a la señorita Sander y al señorito Nicholls?”

“No.”

“¿Sus amigos consumen?”

¿Consumir…drogas? No, pero tal vez usted sí.

“No, claro que no.”

“¿Y usted, señorita Valentine?” Se baja las gafas para mirarme por encima de ellas. Esto cada vez es más absurdo.

“Tampoco. Pero los que agredieron a Jane y Alec sí las toman, e incluso…” La directora me miraba atenta, a lo mejor, si digo algo del tráfico de drogas puede pensar en algo que no es y me culparía.

“Pues esos chicos, Phoebe, fueron tumbados por el otro chico alto y rubio, ¿cómo era…?” busca entre las carpetas marrones, pero me adelanto a ella.

“Anthony.”

“Sí, Anthony Franz, pues ese chico casi le parte el brazo a Max, y le destrozó la cara a Jona, él solo, y yo no me lo creo.”

¿Qué insinúa?

“¿Está diciendo que yo tuve que ver algo en todo esto? Anthony y yo sólo nos metimos en la pelea para pararla, yo ayudé a Jane, pero cuando volví para buscar a Alec y Anthony, intenté apartar al que pegaba a Alec. Joder, yo sólo fui a socorrer a mis amigos.” Aunque en aquel momento no me hubiera molestado matar a los otros dos gilipollas.

Natasha Ludbrook me miró fijamente a través de sus gafas.

“¿Tal vez, señorita Valentine, quieres saber lo que es una expulsión por faltar el respeto a sus superiores? ¿No?, pues absténgase de esos comentarios.”

Se levanta y sale del despacho dejándome sola. Al poco vuelve con unos papeles, en los que me hace escribir todo lo que había pasado, como si fuera un juicio o algo así. En este tiempo toca el timbre de regreso del recreo, he estado casi tres cuartos de hora allí dentro.

Con todo escrito, firmado y revisado me deja salir.

“Suerte has tenido, porque es final de curso, y no queremos poner otra expulsión en estas fechas. Pero lleve cuidado, porque no permitiremos más estos comportamientos. Ahora ve a clase.”

Clase, otras tres horas seguidas de tortura pasiva.

“¿Puedo ir antes al baño? Es que llevamos todo el recreo aquí y…”


Natasha sonríe y me da permiso y con un gracias falso en la boca me dirijo al baño. La charla ha aumentado mi cabreo, la directora me cabreaba. 

1 comentario:

  1. Te has lucido con los nombres. El único que me cuadra es el de Jane: "Jane Sander".
    Por cierto, "Franz" no me gusta nada, pero es tu historia. Revísate un poco esto, y corrige.
    PD: El nombre de la directora mola, y el del Sr. Smith también :3

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