Mismo miércoles,
una y cincuenta y dos de la tarde.
Al entrar en
recepción pregunto por Jane, la recepcionista, con cara de mala leche, me
responde de la mala forma y nos encaminamos por los pasillos blancos, con olor
a desinfectante hasta el segundo piso. Vamos andando, no me gustan los
ascensores, menos en los hospitales. Odio los hospitales, más si están controlados
por la mafia.
“Dijiste que
la mafia italiana y la japonesa se aliaron. ¿Quién controla el hospital?”
“¿Sabes qué
esto no es un juego de estrategia, ni el lugar más indicado para preguntarlo,
verdad?” Pregunta un poco irónico. Asiento, lentamente. “Pero si te interesa,
la italiana es más de droga, y hace poco la mafia japonesa consiguió controlar
por completo esta parte, aun estando en negociaciones de paz con los italianos.
Claramente los líderes son ellos, los italianos. Pero los yakuzas son más fuertes
e inteligentes.” Me quedo mirándole casi boquiabierta. “¿Qué?”
“Perdona que
te contradiga, oh Trece, pero lo que acabas de decir es casi un juego de
estrategia en la realidad.”
Trece niega
con la cabeza y me da un empujoncito en la espalda.
“Deprisa,
esto está plagado.”
Después de
subir por las escaleras de servicio, buscamos la habitación de Jane, esto está
más lleno de gente de lo que creía. Trece se pone a mi espalda y mete la mano
en mi mochila.
“¿Qué
haces?”
“Chss, no
quiero que me vean.”
Se sitúa a
mi lado y mete casi toda la cara en medio de una manga que cogió de mi mochila.
“Seguramente
tu color de pelo te delate.” Miro la portada del manga, es negra. “¿POR QUÉ
COGES ESE?”
“Al
contrario, es imposible que me reconozcan por eso.” Levanta la vista y mira la
portada. “¿Qué pasa? Ni que fuera porno.”
“Es BL…”
Murmuro.
“Be, ¿qué?”
“Nada” digo
avergonzada. Todo esto es por culpa del karma. Llegamos a la puerta de Jane y
con una mirada a Trece toco la puerta mientras él se queda sentado en una silla
cerca de la habitación. Antes de que
respondan entro, y veo a Jane acostada en la cama mirando el móvil. Cuando me
ve sonríe y parece que la habitación se ilumina hasta que le sonrío con una
pequeña sonrisa, y parte de esa luz parece desaparecer.
Jane intenta
levantarse pero hace una mueca.
“Tonta,
estate quieta.” Me siento en la cama a su lado y ella, con su mano buena me
aparta el flequillo.
“Phoebe,
¿cómo estás? Deberías cortarte el flequillo…”
La miro y
río. “Soy yo la que debería estar preocupada por ti. No me lo corto porque me
da pereza ir a cortarlo.”
Jane sonríe
más y se eleva con los codos para apoyarse en el cabezal de la cama. “No estoy
tan mal. Sólo tengo una fractura en la clavícula.”
“¿Y por eso
tanto tiempo en el hospital?”
“¿Es que
hasta esta mañana pensaban que también tenía una costilla rota. El hijo de puta
de ayer me dio bien fuerte.” Aprieto los dientes al pensar en la pelea y me
entra mala leche, pero se me calma al pensar en lo que le hice a Jenny… Joder,
aún no me lo creo. “Phoebe, deberías hablar con Alec. Está preocupado por la
actitud de Anthony.”
“¿Has
hablado con él?”
Asiente. “Esta
mañana vino a visitarme y le conté lo que pasó. Cuando supo lo de Anthony se
puso hecho una fiera y lo llamó, y le dijo que fuera directamente a verlo. Ha
sido gracioso ver a Alec como el dominante de la relación.” Miró a Jane con los
ojos abiertos, mientras ríe por la gilipollez que acaba de decir.
“Eres tonta.”
Pero no puedo evitar reírme también. Ella es la única que hace que ría en estas
situaciones.
En ese
momento perfecto, llega la madre de Jane. Tiene el pelo castaño con bastantes
canas, aunque no es tan vieja, o al menos eso aparenta su piel.
“Hola,
señora Sanders.” En vez de sonreír y saludarme alegre como siempre me mira con
hostilidad, mira a su hija y entra en el baño del cuarto. “¿Qué pasa, Jane?”
Ella sólo me mira extrañada y se encoje de hombros para volver a hacer una
mueca de dolor. “¿Sabe lo que pasó?” Pregunto en voz baja. Jane asiente. “¿Todo?”
Vuelve a asentir.
La madre de
Jane vuelve a salir y se sienta en el sillón frente a la cama de mala calidad.
Posa su mortífera mirada en mí. Me siento incómoda. Muy incómoda.
Jane coge su
móvil y escribe algo, luego lo deja caer en la cama dónde puedo verlo.
Será mejor que vayas a ver a Alec, 415. Luego
hablamos. XO
Asiento, y
me levanto de la cama, le doy un beso en la mejilla y le deseo que se mejore.
Al pasar frente a su madre, me despido de ella y salgo hacia un ambiente menos
denso.
Suspiro.
¿Qué le pasará? Algo me agarra del hombro.
“No quiero
ver a mi Jane envuelta en estas cosas sólo por tu culpa. Mírate, estás
completamente ilesa.”
La puerta de
la habitación se cierra y me cago de miedo. Ahora entiendo a Jane cuando decía
que su madre no era lo que aparentaba.
“Pervertida.”
Dice Trece mientras se acerca y devuelve el manga a mi mochila después de salir
de la habitación.
“Te…te lo
dije.” Se lo tenía que haber quitado.
“Hey, ¿estás
pálida, ha pasado algo con Jane?”
“No…”
Ejem, yo sigo pensando que entre Jane y Phoebe podría haber algo más e.é
ResponderEliminarY por favor, TRECE Y MARCUS, BL!!!! o.O Vale, ya.
Sigue así, me gustó eso de que "dejase caer" el móvil y se pudiese leer la habitación de Alec.
Vas progresando.