martes, 17 de junio de 2014

Entrada Treinta y nueve: Visita.

Mismo miércoles, una y cincuenta y dos de la tarde.


Al entrar en recepción pregunto por Jane, la recepcionista, con cara de mala leche, me responde de la mala forma y nos encaminamos por los pasillos blancos, con olor a desinfectante hasta el segundo piso. Vamos andando, no me gustan los ascensores, menos en los hospitales. Odio los hospitales, más si están controlados por la mafia.

“Dijiste que la mafia italiana y la japonesa se aliaron. ¿Quién controla el hospital?”

“¿Sabes qué esto no es un juego de estrategia, ni el lugar más indicado para preguntarlo, verdad?” Pregunta un poco irónico. Asiento, lentamente. “Pero si te interesa, la italiana es más de droga, y hace poco la mafia japonesa consiguió controlar por completo esta parte, aun estando en negociaciones de paz con los italianos. Claramente los líderes son ellos, los italianos. Pero los yakuzas son más fuertes e inteligentes.” Me quedo mirándole casi boquiabierta. “¿Qué?”

“Perdona que te contradiga, oh Trece, pero lo que acabas de decir es casi un juego de estrategia en la realidad.”

Trece niega con la cabeza y me da un empujoncito en la espalda.

“Deprisa, esto está plagado.”

Después de subir por las escaleras de servicio, buscamos la habitación de Jane, esto está más lleno de gente de lo que creía. Trece se pone a mi espalda y mete la mano en mi mochila.

“¿Qué haces?”

“Chss, no quiero que me vean.”

Se sitúa a mi lado y mete casi toda la cara en medio de una manga que cogió de mi mochila.

“Seguramente tu color de pelo te delate.” Miro la portada del manga, es negra. “¿POR QUÉ COGES ESE?”

“Al contrario, es imposible que me reconozcan por eso.” Levanta la vista y mira la portada. “¿Qué pasa? Ni que fuera porno.”

“Es BL…” Murmuro.

Be, ¿qué?”

“Nada” digo avergonzada. Todo esto es por culpa del karma. Llegamos a la puerta de Jane y con una mirada a Trece toco la puerta mientras él se queda sentado en una silla cerca de la habitación. Antes de que respondan entro, y veo a Jane acostada en la cama mirando el móvil. Cuando me ve sonríe y parece que la habitación se ilumina hasta que le sonrío con una pequeña sonrisa, y parte de esa luz parece desaparecer.

Jane intenta levantarse pero hace una mueca.

“Tonta, estate quieta.” Me siento en la cama a su lado y ella, con su mano buena me aparta el flequillo.

“Phoebe, ¿cómo estás? Deberías cortarte el flequillo…”

La miro y río. “Soy yo la que debería estar preocupada por ti. No me lo corto porque me da pereza ir a cortarlo.”

Jane sonríe más y se eleva con los codos para apoyarse en el cabezal de la cama. “No estoy tan mal. Sólo tengo una fractura en la clavícula.”

“¿Y por eso tanto tiempo en el hospital?”

“¿Es que hasta esta mañana pensaban que también tenía una costilla rota. El hijo de puta de ayer me dio bien fuerte.” Aprieto los dientes al pensar en la pelea y me entra mala leche, pero se me calma al pensar en lo que le hice a Jenny… Joder, aún no me lo creo. “Phoebe, deberías hablar con Alec. Está preocupado por la actitud de Anthony.”

“¿Has hablado con él?”

Asiente. “Esta mañana vino a visitarme y le conté lo que pasó. Cuando supo lo de Anthony se puso hecho una fiera y lo llamó, y le dijo que fuera directamente a verlo. Ha sido gracioso ver a Alec como el dominante de la relación.” Miró a Jane con los ojos abiertos, mientras ríe por la gilipollez que acaba de decir.

“Eres tonta.” Pero no puedo evitar reírme también. Ella es la única que hace que ría en estas situaciones.

En ese momento perfecto, llega la madre de Jane. Tiene el pelo castaño con bastantes canas, aunque no es tan vieja, o al menos eso aparenta su piel.

“Hola, señora Sanders.” En vez de sonreír y saludarme alegre como siempre me mira con hostilidad, mira a su hija y entra en el baño del cuarto. “¿Qué pasa, Jane?” Ella sólo me mira extrañada y se encoje de hombros para volver a hacer una mueca de dolor. “¿Sabe lo que pasó?” Pregunto en voz baja. Jane asiente. “¿Todo?” Vuelve a asentir.

La madre de Jane vuelve a salir y se sienta en el sillón frente a la cama de mala calidad. Posa su mortífera mirada en mí. Me siento incómoda. Muy incómoda.
Jane coge su móvil y escribe algo, luego lo deja caer en la cama dónde puedo verlo.
Será mejor que vayas a ver a Alec, 415. Luego hablamos. XO

Asiento, y me levanto de la cama, le doy un beso en la mejilla y le deseo que se mejore. Al pasar frente a su madre, me despido de ella y salgo hacia un ambiente menos denso.

Suspiro. ¿Qué le pasará? Algo me agarra del hombro.

“No quiero ver a mi Jane envuelta en estas cosas sólo por tu culpa. Mírate, estás completamente ilesa.”

La puerta de la habitación se cierra y me cago de miedo. Ahora entiendo a Jane cuando decía que su madre no era lo que aparentaba.

“Pervertida.” Dice Trece mientras se acerca y devuelve el manga a mi mochila después de salir de la habitación.

“Te…te lo dije.” Se lo tenía que haber quitado.

“Hey, ¿estás pálida, ha pasado algo con Jane?”


“No…”

1 comentario:

  1. Ejem, yo sigo pensando que entre Jane y Phoebe podría haber algo más e.é
    Y por favor, TRECE Y MARCUS, BL!!!! o.O Vale, ya.
    Sigue así, me gustó eso de que "dejase caer" el móvil y se pudiese leer la habitación de Alec.
    Vas progresando.

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