Viernes, por la mañana.
No tengo ganas de ir al instituto, no tengo ganas de nada,
después de lo que casi pasa ayer estoy rara.
Me prometí a mi misma que nunca haría, o intentaría una cosa
así ¿qué es lo que hace que ahora quiera cortarme?, ¿Qué me está pasando?
Me hago la enferma, y no salgo de la cama hasta por la tarde.
Sobre las siete de la tarde o así, salgo con la excusa de ir a casa de Jane
para pedirle los deberes y quedarme a dormir esa noche.
Cuando estoy llegando a casa de Jane, se me revuelve el
estómago, realmente puede que esté enferma. No quiero ir a casa de Jane, no
quiero ser una carga para ella. Esta noche no.
Son las nueve y veintisiete de la noche. No hace mucho frío,
además llevo mi chaquetón-gabardina rojo que abriga bastante. Doy la vuelta y
voy hacia el centro. Allí suele haber buenos bancos.
¿Realmente pienso en dormir en un banco?
Aunque creo,que podré aguantar una noche sin un techo en
donde dormir. Sí, claro que podré.
Todo esto me recuerda al Guardián Entre El Centeno, cuando
Holden se va de Pencey con un glorioso “¡Qué durmáis bien, cretinos!” y va a
New York, durante tres días. Esa es de las muchas cosas que quiero hacer en mi
vida, lo de gritar “¡Qué durmáis bien, cretinos!” en algún sitio donde haya
mucha gente durmiendo.
Holden es uno de mis héroes, tengo su edad. Es una lástima
que chicos como él solo existan en libros, realmente él y yo nos parecemos en
muchas cosas.
Nuestra vida apesta, él tiene a Jane y Sally, yo tengo a Alec
y a Ian. Él tiene a Phoebe... Phoebe, la hermana de Holden y yo tenemos en
mismo nombre. ¿Destino? Holden tiene a su hermanita pequeña, yo tengo a Jane.
Locos, y odiando todo lo que se mueve. En lo que más nos parecemos es en
nuestro parecido hacia los falsos, él los odiaba a todos, y pensaba que la
mayoría de la gente lo era. La sociedad de ahora está llena de falsos, ¿quien
más los odia tanto como él? La del chaquetón-gabardina rojo que va hacia el
centro de la ciudad a dormir en un banco.
Holden Caulfield, uno de las pocas personas ficticias que
daría lo que fuera por conocerlas. Si lo piensas bien, Holden era el chico más
loco de todo el estado de New York en su año, pero a la vez un gran pensador.
“¿Quién quiere flores cuando ya se ha muerto? Nadie.”
Grande Holden, grande.
El que si debería estar loco fue J.D. Salinger el autor, uno
de mis preferidos. ¿A quién se le ocurriría escribir un libro así es su época?
El asesino de John Lennon, y varios más, asesinos, estaban
obsesionados con el libro.
Yo también lo estoy, ¿terminaré siendo una asesina?
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