Abro
los ojos y veo un techo sucio, lleno de mierda y de marcas de
nicotina y humedad.
“¿Dónde
estoy?” digo con la voz ronca. Es el techo de Trece, sí. “¿Qué
ha pasado?”
“Mejor
que no te levantes tan rápido” Esa voz suave es de Trece, lo busco
con la mirada y lo encuentro en una silla cerca del sofá.
“¿Qué
ha pasado?” pregunto mirándolo, tiene ojeras y el pelo plateado
despeinado.
“Creíste
ver a Ian y te desmayaste. Toma, bebe.”Dice ofreciéndome un vaso
de agua.
“Gracias”
Me lo bebo entero. “¿Era él?” Niega con la cabeza. “Lo
suponía…”
Me
levanto con cuidado aunque estoy perfectamente bien. Me dirijo al
baño, pero antes me giro y miro a Trece, se ve cansado. “Siento
las molestias”
Levanta
la vista y me sonríe. “No eres ninguna molestia.”
“¿Entonces
dices que me caí ahí sin más?”
“Sí,
pensé que te habían hecho algo.” dice terminándose su sándwich.
“Menos mal que no estábamos lejos, hubiera sido extraño”
“¿Por?”
“Piensa,
¿qué hubieran pensado si me hubieran visto contigo acuestas
inconsciente?”Dice divertido. Le echo una mirada de odio, aunque
estoy sonriendo.
Tenía
razón, hubiera sido muy raro.
“Phoe…
¿soñaste con algo?”
“Em...sí.
Estaba como en una montaña rusa, ¿por?”
“Nada…curiosidad”
Nos
volvemos a hablar en todo la cena, son las 2 de la madrugada y
estamos comiendo sándwiches después de matar a la puta… Es raro,
pero me gusta.
Podría
acostumbrarme a esto.
“Será
mejor que llame a Jane…Mañana tengo clase”
“Quédate,
es tarde…”
Le
miro, es la segunda vez que me quedaría, no me importa claro, pero
no quiero molestar.
“Está
bien.”
“Oye, ¿lo de Ian…?”
“Mejor, otro día, estoy cansada” le
interrumpo.
“Sí, eso iba a decirte. Buenas
noches.”
“Igualmente.” Me quito los zapatos y
me voy al sofá, es grande y cómodo, y
ahora está limpio.
Antes estaba lleno de sangre, de Trece.
Ahora apenas veo manchas de sangre.
Me alegro.
Despierto con la luz dándome
directamente en los ojos, tendría que haber
dormido hacia el otro lado. Me levanto, me calzo y me asomo a
la habitación de
Trece, duerme abrazado a la almohada, sonrío. Parece tan débil. Le escribo
una
nota diciendo que me he ido y cojo un zumo de la nevera para el
camino, no creo
que le moleste, esos los traje yo hace unos días.
Llego
a casa de Jane y toco su ventana, queda menos de una hora para que
empiecen las clases.
“¿Phoebe?
¿Qué coño haces a estas horas aquí?” Pregunta en pijama
abriéndome la ventana, paso y me siento en la cama.
“Dormí
fuera…”
“Entiendo”
Me mira y me abraza, aún está caliente de estar en la cama toda la
noche. Se levanta y me da un beso en la mejilla antes de abrir su
macroarmario y sacarme una camiseta de tirantes en acuerdo con mi
estilo de ropa.
“Gracias”
digo cambiándome frente a ella.
“Eres
una pervertida, me vas a poner dura a estas horas de la mañana”
dice poniendo voz de chico.
“Idiota”
Amo sus chistes fáciles pervertidos.
Se
cambia y salimos andando hacia el infierno. Menos mal que queda solo
un par de meses para acabar.
“¿Estás
mejor?”
“¿Qué?”
pregunta extrañada.
“Sí,
ya sabes, de tu constipado.”
“Ah,
bueno, la verdad es que ayer falté porque estaba desganada” Dice
riendo.
“Eres
increíble, por cierto, si mi madre pregunta, hoy dormí en tu casa.”
Jane
me mira con una sonrisilla en la cara, pero no pregunta nada y
asiente.
“Ey,
espera. Ahí están Antholec” dice poco después.
Miro,
efectivamente por una calle a la derecha se acercan los dos hablando
de dios sabe qué.
“Para
de llamarlos así” digo indignada, a broma.
“No.”Saca
la lengua y corre hacia ellos.
Cuando
llego Anthony está abrazando por los hombros a Alec y Jane está
gritando algo.
“Hola”
“Buenos
días Phoe” dice Alec sonriendo, sus marcadas ojeras siguen donde
siempre, al igual que su alborotado cabello oscuro.
Sonrío,
su sonrisa es pegadiza, Anthony me mira y levanta la cabeza a modo de
saludo, Jane me mira extrañada. Entonces suelto una carcajada,
mentalmente, no quiero que me tomen por más loca de lo que soy.
“¿Todo
bien ayer?”
Alec
abre la boca para hablar pero Anthony le gana.
“Sí,
yo estoy perfecto, pero Alec…”baja el tono de voz hasta que se le
apaga y mira a Alec con preocupación, pero a la vez con cariño.
Ahora que sé lo que hay entre ellos, sé interpretar cada gesto.
¿Así era con Ian y yo?
“Bueno…yo
vuelvo a tener anemia, pero nada más” dice bajito, casi
avergonzado.
“Jo,
cuanto lo siento, espero que mejores.”
Sonríe
satisfecho, ¿qué tiene Alec?
“Hey,
hey, ¿qué me he perdido?”Dice Jane parándose y dándose la
vuelta.
“¿Qué?”
pregunta Anthony apartando el brazo de Alec pero aún manteniéndose
cerca.
“Estáis
raros, antes no hablabais tanto”
“La
soledad hace amistades” dice Alec mirándome y ambos reímos,
confundiendo más a Jane y ahora a Anthony.
Ahora
todo es perfecto.
No,
aún falta Ian…Y ver qué fue lo que me cambió.
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